#75: When I Grow Up...

Hace unos minutos cumplí 21 años.

Como sospechaba, nada especial ha sucedido. Nadie ha llamado, pero han llegado par de tarjetas electrónicas de esas que se programan con antelación. Estoy aquí sentado, leyendo montón de bobadas en la red, esperando el download del último episodio de la serie del momento, garabateando y divagando en trivialidades en vez de estar estudiando, pensando en el esfuerzo que representa pensar demasiado algo mientras hago cocote en lo agradable que sería estar en McDonalds degustando algo que le hará más daño a un organismo ya bastante jodido. Nada ha cambiado [obviando el hecho de que realmente es sólo una fecha más, porque quiero tener una epifanía, así toda jevísima y trascendente, mientras escribo esto.]

De más pequeño tenía trazado un plan sin fallas y bastante económico en palabras e instrucciones. 2007 era una fecha lejana: los carros voladores nos llevarían a visitar a nuestras abuelas en los cementerios lunares, habría dispositivos en los que la música no necesitara de discos o cassettes para reproducirse, todo el mundo tendría su clon, animales entrenados podrían dirigir naciones poderosas, entre otras ingenuidades absurdas propias de la niñez invadían mi cabeza. En mi plan maestro, antes de mis 21 debía haber logrado lo siguiente: terminar la educación primaria, bachillerato, dejar de ser virgen, estudiar algo en la universidad y graduarme.

Para mi propia sorpresa, logré [casi] todo lo de la lista en el mismo grado de detalle. Nada realmente pensado a profundidad. Ninguna meta que me apasionara particularmente, ninguna vocación que me llamara. Cumplí la mentada edad y estoy a un paso de graduarme de una carrera en la uni, siguiendo el plan. Admito que pensar en las motivaciones para cada propósito era una gran causa de ansiedad, y en mi ya reconocida naturaleza, simplemente dejé de hacerlo para no preocuparme y simplemente alcanzaba lo estipulado en algo que estaba grabado en mi subconsciente y evidenciaba lo autómata en mí.

Entonces aquí la gran inquietud: ¿Ahora qué?

No pretendo explayarme haciendo un conteo de posibilidades. De hecho no tengo ni la más puta idea de qué quiero hacer con mi vida. "Nacen, crecen, se reproducen y mueren" me dijo una erudita de la biología sobre los seres vivos en segundo grado. Creo que tengo el 50% de ese plan alterno completado, a menos que hayan vellos que no me han salido aún. Podría darle un cierre rápido al asunto preñando a una y volándome los sesos cuando nazca el bebé. Debo denotar que este plan de vida resulta incluso más simplista que cualquiera que pueda diseñar.

Maslow, por su lado, me la pone dura... Reescribo... Maslow me la pone difícil con su teoría sobre la motivación. El propósito de la vida es cubrir la pirámide de las necesidades. Las fisiológicas las tengo cubiertas [papi y mami todavía me mantienen, dan techo y alimentan y el aire todavía es gratis], las de seguridad... [aquí estoy jodido porque no tengo nada], la de afiliación [mal, no tengo ni perro que me ladre], de reconocimiento [no soy Joan Espino, ¡Qué reconocimiento voy a tener!] y nada diré sobre la supuesta autorrealización [¿Dónde coños se consigue eso?]. Aquí reconfirmo que no he hecho nada aún. No lo digo porque crea que la teoría de alguien probablemente sin oficio me lo dicte, sino porque realmente lo siento y no me avergüenza en lo absoluto.

He tenido una vida bastante agradable, debo admitir. Pensaba hacer un post sobre mi ya choteada mala suerte, o mal karma o lo que sea. Iba a narrar la dramática historia de la pérdida de mi cartera y de cómo amanecí con conjuntivitis en vísperas de mi cumpleaños, haciendo resonancia de la experiencia similar [pero mucho más grave] del año pasado, así como el gradual aumento en los niveles de sal de cumpleaños a cumpleaños. Sin embargo, entre tantos momentos bajos, me he reído más que muchos [gracias a un cuestionable sentido del humor], he vivido una que otra experiencia curiosa, he conocido infinidad de personas y me he olvidado de otras tantas. Creo tener gente que me aprecia, y he aprendido a apreciarlas de vuelta. He sido mil personas y hoy soy yo.

Y así me fui en una siendo cursi y me olvidé del propósito. Talvez es una mala costumbre o simplemente algo que hago porque sí. Por primera vez, sin embargo, siento la necesidad de hacer algo con mi vida. No se qué, o cómo, pero hacerlo. No por mis padres, no por mis amigos, no por mí.

Repito que no sé realmente cual es el rumbo, pero quiero crearlo. Dejar a un lado las nociones vagas de lo que es "ser" y participar de ello, parafrasear el plan. Conocer mi propósito. Escribir un libro de autosuperación y arruinar más mi elocuencia con estas frasecitas baratas. Pero quizá realmente esto es la vida, como dijo el difunto esposo de Yoko Ono: "La vida es aquello que pasa mientras hacemos otros planes". Quizá me preocupé demasiado por descubrir su naturaleza y me olvidé que tengo que participar de ella. Quizá me 'toy corriendo. Quizá ya me cansé de escribir. Quizá ya leíste demasiados "quizá". Quizá este sea el último del párrafo.

Cuando despierte y me lave las lagañas talvez me olvide de mi recién expresado propósito. Pero seguirá aquí estrellándose en mi cara [a menos que mi inaudito ingenio me invite a borrar el post] y quienes hayan tenido el tedio de leerlo serán los testigos de que un día pensé en mañana, incluso si no llego a conocerlo.

Pd: El autor tenía par de tragos con antihistamínicos al escribir esto. Cualquier intención mencionada arriba puede ser y probablemente es efímera y vacía. Como su cabeza.