#82: Gone with the Flow

Hace casi una semana nuestro país fue golpeado por un fenómeno natural que con sus aguas causó dolor y destrucción en muchos hogares, sobre todo en nuestro glorioso Cibao, región de hermosas mujeres, fértiles tierras e íes intercaladas. El Cibao ha visto nacer a numerosas relevantes figuras de nuestra historia y arte, como al gran Joan Espino, a la Joma [o como le dicen, La Venus del Camú] y a Fefita La Grande.

Cibaeño como soy, la tragedia tocó también a mi puerta. Olga entró a mi vida de manera inesperada, durante la noche y se llevó con sus aguas trozos de mi vida que los rayos del sol jamás podrán secar adecuadamente: algunas de mis revistas.

Por experiencias pasadas, sabía que había una filtración en mi techo, cerca del revistero. Fui avisado sobre la tormenta, pero pensé en la molestia de mover mis revistas sólo por una alerta inminente de tormenta, me pareció una decisión precipitada, digamos. Luego comenzó a llover, y vi caer un poco de agua a través de la gotera, pero hice caso omiso. Luego lo indescriptible pasó.

Más de una docena de revistas prácticamente perdidas. Quién sabe lo que la humedad causará a las otras [moho, daños en el papel, etc.]. El monto de la destrucción llega a las 4 cifras. Moví el revistero para evitar más desgracias, pero me imagino que lo volveré a poner en su sitio, porque ahí se ve bien. Espero la ayuda del presidente y de ustedes hermanos, para paliar mi desgracia.