Algo de lo cual los seres humanos podemos sentirnos orgullosos es de nuestra inventiva. Millones de años de supuesta evolución, y miles registrados en nuestros anales, nos hacen las criaturas más presumidas del planeta. Nuestro crecimiento a través del planeta ha dejado cuantiosas huellas y durante esa expansión alcanzamos logros tales como el manejo del fuego, los pterodáctilos tocadiscos, la electricidad, el desodorante y la bomba atómica.
A pesar de todos los avances, los humanos habíamos fallado una y otra vez en una actividad que por mandato divino nos fue negada: la comunicación. Desde el incidente de Babel (no la reprochable película de Iñárritu), Dios se planteó la idea de mantenernos separados para siempre, con el fin de evitar que algo más grande que su pene fuera construido por nosotros, y así no ver retada su calidad de macho de los meros meros. Así, nos soltó por el mundo, pueblo por pueblo, a vivir aislados por complejos sistemas de gestos, señales y símbolos que comenzamos a desarrollar.
Con el tiempo, Dios nos soltó en banda y comenzamos a hacer coro. En algún punto se nos fue la mano y así se vio obligado a mandar a su único hijo a ponernos en sitio. Todos sabemos en que quedó eso.
Así, violando la intención de Dios, los humanos desarrollamos toscos medios de comunicación que nos hacían creer que lo estabamos logrando. Eventualmente utilizamos recursos más elaborados para tal fin, como el correo con perfume, el teléfono y los vasitos con hilo. El más poderoso de estos medios, sin duda, llegó con el uso masivo de la Internet. Correo electrónico, foros web, chat rooms, aplicaciones de ocio, e incluso comunidades online aparecieron por toda la red, poniendo granitos de arena en la osadía humana de revelarse contra nuestro Señor y Creador.
Sin embargo, alrededor de 2004, estudiantes de Harvard iniciaron una modesta red social interna que hoy todos conocemos. Sin querer sonar maniqueísta, su existencia sólo confirma el papel del Señor de las Tinieblas en el desarrollo humano. Por supuesto me refiero a Facebook.
Con cuchucientos mil usuarios, el Facebook crece como la aplicación web más poderosa de la década. Con una interfaz sencilla y limpia, a diferencia de las redes competidoras más cercanas, para inscribirse sólo hace falta una dirección electrónica válida y conocimientos básicos de computación. Un sinnúmero de aplicaciones de la más diversa índole otorgan al sitio una gran versatilidad. Agenda de eventos, fotografías, mensajería, juegos, entre otras [muchas] herramientas hacen prácticamente innecesario el uso de alternativas, además de ser un registro de las actividades del usuario, de por sí dispuesto a hacer públicos todos estos movimientos.
En fin, antes de irme a Facebook a revisar las notificaciones, alimentar a mi bebé, pelear contra vampiros, pesar mi cerebro, averiguar de que color soy, acabar con el cáncer, poner tags en las fotos que subí anoche, hacer un review de esa peli que no me gustó, comentar en el comentario de fulano, enviar karma, declararme fan de Mc Donalds, y ver quién está online para chatear; les recuerdo que Facebook es otra de las señales del fin de los tiempos. Arrepiéntete ya.
PD: Agrégate al grupo del blog de Facebook haciendo click aquí.
PPD: ¡Claus el Gnomo también tiene Facebook! ¡Agrégalo!
A pesar de todos los avances, los humanos habíamos fallado una y otra vez en una actividad que por mandato divino nos fue negada: la comunicación. Desde el incidente de Babel (no la reprochable película de Iñárritu), Dios se planteó la idea de mantenernos separados para siempre, con el fin de evitar que algo más grande que su pene fuera construido por nosotros, y así no ver retada su calidad de macho de los meros meros. Así, nos soltó por el mundo, pueblo por pueblo, a vivir aislados por complejos sistemas de gestos, señales y símbolos que comenzamos a desarrollar.
Con el tiempo, Dios nos soltó en banda y comenzamos a hacer coro. En algún punto se nos fue la mano y así se vio obligado a mandar a su único hijo a ponernos en sitio. Todos sabemos en que quedó eso.
Así, violando la intención de Dios, los humanos desarrollamos toscos medios de comunicación que nos hacían creer que lo estabamos logrando. Eventualmente utilizamos recursos más elaborados para tal fin, como el correo con perfume, el teléfono y los vasitos con hilo. El más poderoso de estos medios, sin duda, llegó con el uso masivo de la Internet. Correo electrónico, foros web, chat rooms, aplicaciones de ocio, e incluso comunidades online aparecieron por toda la red, poniendo granitos de arena en la osadía humana de revelarse contra nuestro Señor y Creador.
Sin embargo, alrededor de 2004, estudiantes de Harvard iniciaron una modesta red social interna que hoy todos conocemos. Sin querer sonar maniqueísta, su existencia sólo confirma el papel del Señor de las Tinieblas en el desarrollo humano. Por supuesto me refiero a Facebook.
Con cuchucientos mil usuarios, el Facebook crece como la aplicación web más poderosa de la década. Con una interfaz sencilla y limpia, a diferencia de las redes competidoras más cercanas, para inscribirse sólo hace falta una dirección electrónica válida y conocimientos básicos de computación. Un sinnúmero de aplicaciones de la más diversa índole otorgan al sitio una gran versatilidad. Agenda de eventos, fotografías, mensajería, juegos, entre otras [muchas] herramientas hacen prácticamente innecesario el uso de alternativas, además de ser un registro de las actividades del usuario, de por sí dispuesto a hacer públicos todos estos movimientos.
En fin, antes de irme a Facebook a revisar las notificaciones, alimentar a mi bebé, pelear contra vampiros, pesar mi cerebro, averiguar de que color soy, acabar con el cáncer, poner tags en las fotos que subí anoche, hacer un review de esa peli que no me gustó, comentar en el comentario de fulano, enviar karma, declararme fan de Mc Donalds, y ver quién está online para chatear; les recuerdo que Facebook es otra de las señales del fin de los tiempos. Arrepiéntete ya.
PD: Agrégate al grupo del blog de Facebook haciendo click aquí.
PPD: ¡Claus el Gnomo también tiene Facebook! ¡Agrégalo!
13 comentarios:
En el Catecismo me engañaron. Me decían que Dios no tenía sexo pero igual me obligaban a llamarlo por Él. Ahora todo está más claro...
ocal is back *----*
agreguenlo en feisbuk >_>
yo ya lo hice :D
Babel SI es reprochable.
Pretenciosa y sin nada que decir, aunque ella crea que sí.
Ojalá el señor hubiese hecho con ella lo mismo que hizo con la torre esa.
La falta de fe presente en todos los posts de este blog me preocupa.
Pero si yo soy un Soldado de Jesucristo!
a guido le preocupan muchas cosas del blo
se feliz de q ocal publica *-*
Al principio Facebook era lo mas complicado del mundo (o es que era muy bruta?) pero ahora es jevi.
Yo te agregue hace tiempo o-o
Rosa, sólo me preocupa el camino que Oscar está siguiendo. Es por su bien.
Mi tarea en la vida es encaminar aquellas ovejas que se han salido del redil.
El me lo agradece.
pa localizar a ocal necesitas ponerle un GPS :D
si es q ta en la tierra aun..
A veces estoy aquí.
1.Con Facebook se volvió a abrir la caja de Pandora. Conseguirá la Esperanza escaparse esta vez...? A donde llegará la especie humana.
2.En realidad pretendías escribir de Facebook al comenzar el texto...?
1. N/A.
2. No sé... ¿Por qué no?
Yo no tengo Facebook... o_o
Pensaba en hacer algo parecido en algo nuevo que cree, pero te me fuiste alante. xD
Buena entrada, Ocaluí.
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