En esencia, todos los seres pertenecientes a la especie Homo Sapiens, dígase los seres humanos (permítanme incluirme), somos iguales. Somos animales racionales que hemos desarrollado una serie de aptitudes y talentos que nos permiten alcanzar un rango variado de intereses que se alejan, en principio, de aquellos dictados por el instinto y la mera necesidad. Por ejemplo, la última vez que maté una vaca a pedradas para comer su carne cruda fue en mi última visita a Dajabón, ya que es tradición familiar, pero por lo general se me antoja un Doble Carne de los arcos dorados, con una pieza de pollo adicional, pagando la diferencia (a que no sabían que se podía).
Otra de las gracias de la hominización es el afán de nuestros grupos sociales de archivar, primero como chisme, luego de manera más organizada; el conjunto de nuestras experiencias, formando así el conjunto de verdades a medias y relativismos convenencieros que llamamos historia. La historia nos permite repetir los mismos errores una y otra vez, cada vez con consecuencias más catastróficas... pero eso es otro tema.
El caso es que muy de vez en cuando la historia se ve afectada, más que por hechos sociales trascendentes a gran escala, por las acciones de individuos que, como dije al comenzar "en esencia" son iguales al resto de sus compañeros humanos y por "x" o "y" trascienden esta condición para volverse mitos sobre su real existencia o al menos, en vida o de manera póstuma, logran tal notoriedad que llaman la atención al ser humano común y sin gracia.
Esta atención suele derivar en una admiración que bien puede participar en la definición de las actitudes del seguidor. Por lo general el ídolo no participa actívamente en el proceso interno que lleva al fanático a colgar un póster en su pared, comprar un disco, o tratar de matar al presidente; sin embargo la influencia es tal que el conjunto social es capaz de etiquetar y estereotipar al individuo de acuerdo a sus ídolos.
De más joven, solía mofarme de quienes encontraban identificación en el homoerotismo de Jesús, la pasividad del xenófobo de Gandhi, el sanguinario ideal del Che, la promiscuidad de Lady D, la crueldad de la Madre Teresa, el efímero talento de Cobain, la vanidad de Superman, los entrometimientos de Bono, la imprudencia de Marie Curie, la falta de mensaje del Coehlo, Mandela y sus jabones caidos, el oportunismo de cierto patricio, la minusvalía de Helen Keller, la putería de la Monroe, la falta de oficio de Siddharta, el realismo mágico de Márquez y el plagio continuado por Allende, la futilidad del Dalai Lama, el morenaje de Luther King... Y así seguiría mi lista hasta el infinito y más allá.
Talvez por mi absoluto nihilismo o porque me daba la gana, me creía exento de desarrollar tal grado de influencia de un agente externo en este cuerpo tropical, lleno de alegría, playa y dominó. Para mi sorpresa, sin embargo, un día hace poco pestañé y me di cuenta: por nimia que sea la marca en mí, soy hijo de mil pendejos de los que algo he aprendido. Rindo tributo al epigrama del tocayo Wilde, a la cabeza de Yoko Ono, a la visión de Wes Anderson, a las ocurrencias de Mejía, a la pureza de Candy Candy y a las incongruencias de Toriyama, a la estética de Waters, a las 69 canciones de amor de Magnetic Fields, a las gafas de Hunter S. Thompson, a la Rowling y su recopilado, al escapismo de (Bill) Clinton, al rip-off de Tarantino, a las ilustraciones de Egon Schiele, al cerebro de Miyamoto, el plan travesti de Alaska y Dinarama, a la Mafalda de Quino, y a todas aquellas otras influencias de lo vano que se me olvidan que son ladrillos de esta maltrecha estructura.
5 comentarios:
Cuando me siento deprimido, entro a este blog, leo algo como esto y salgo renovado.
Tu actitud reaccionaria, anti-establishment y misántropa me agrada.
Pero la jodes con ese del doble carne de McDonald's. NASTY.
Cuando voy a McDonald's [de cada año un día, acompañando a alguien o a comprar un McFlurry de OREO] salgo con ganas de volverme vegetariano.
con una pieza de pollo adicional, pagando la diferencia (a que no sabían que se podía). tienes razon nosabia eso o.o ....
Otra vez caiste en tu etapa de filosofo....
¿¿¿¡¡¡Una pieza de pollo adicional!!!???.
santa pieza de pollo adicional, ocal publico!
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